El universo está compuesto por cosas que no puedes ver ni tocar. Sabes de su existencia por la reacción que producen. No ves pasar el tiempo, pero sí notas sus efectos y consecuencias. No puedes tocar la energía, pero sabes que te rodea.
Existe un estado más allá de algo sólido, líquido o gaseoso, un fluido etéreo que sorprende por su capacidad de expansión y adaptación a cualquier lugar, a cualquier situación.